domingo, 22 de junio de 2014

BUENAS PRÁCTICAS PARA EL PROFESORADO DE ALUMNOS CON ALTAS CAPACIDADES

                                                  
Realiza una buena evaluación inicial al comienzo del curso. Esto te permitirá conocer el nivel de competencia de tus alumnos/as.
No te limites a seguir la programación o el libro de texto. Puede que tenga demasiado que ver con las necesidades reales de tus alumnos/as.
Ajusta tus expectativas sobre el alumnado con altas capacidades. A veces se confunden o les cuesta una determinada tarea y pueden tener reacciones propias de su edad. Son niños/as o adolescentes, no pequeños adultos.
No esperes de tus alumnos/as aventajados/as siempre todas las respuestas correctas ni un comportamiento maduro y racional.
Utiliza siempre que puedas materiales y actividades intelectualmente estimulantes, que hagan pensar: es mejor clasificar que identificar, comparar que enumerar.
Evitar las actividades demasiado repetitivas, que se pueden realizar sin esfuerzo mental.
Prepara materiales diversos de ampliación para aquellos alumnos/as que terminan pronto las tareas y facilita el acceso a todo el alumnado que, en un momento dado lo necesite. Permite al alumnado elegir el material con el que quiera trabajar.


No “castigues” a los alumnos/as que terminan pronto sus tareas con “más de lo mismo”.
Ofrece a tu alumnado actividades equilibradas, que les permitan tanto desarrollar sus puntos fuertes como mejorar los más débiles.
No pongas el acento en los puntos débiles de tu alumnado. Sólo conseguirás desmotivarles. Un alumno/a que lee muy rápido y tiene problemas con la caligrafía necesita textos más complicados, no sólo copias.
Permite que tu alumnos/as muestren lo que saben y respondan a las preguntas que haces a la clase en general. Cuando quieras que alguien en concreto responda, utiliza la nominación.
No “vetes” a ninguno de tus alumnos/as con frases como “tú no, que ya sé que lo sabes”.
Sé flexible con las tareas más mecánicas y monótonas. Algunos alumnos/as con altas capacidades necesitan poco entrenamiento.
No impongas a toda la clase un número muy elevado  de actividades repetitivas. Intenta que cada uno realice las que necesita para desarrollar la competencia.
Plantea agrupamientos diversos: los niños/as con altas capacidades pueden ayudar a sus compañeros/as de forma eficaz pero también necesitan a veces estar con quienes comparten sus intereses y forma de trabajar.
Evita las actividades que fomentan la competividad y el lucimiento personal sin beneficio para el grupo.
No utilices a los alumnos/as como “ayudantes” de forma sistemática. Ellos también van a la escuela a aprender.
Acepta con naturalidad que, en determinadas cuestiones, un alumno/a pueda saber más que tú o ser más rápido en hallar una respuesta.
No temas que tu autoridad quede en entredicho por tener alumnos/as con altas capacidades en clase.
Mantén una comunicación fluida y efectiva con las familias. Ayúdales a entender a su hijo/a y sus necesidades.
No veas a las familias como un obstáculo. Su demanda hacia la escuela está originada por el deseo de dar a sus hijos/as lo mejor, no criticar tu labor.


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